24 oct 2016

IV Jornadas de Divulgación Innovadora de Zaragoza



   El pasado 21 y 22 de octubre pusimos rumbo a Zaragoza para participar en las IV Jornadas de Divulgación Innovadora D+I, un evento que se desarrolla en ETOPÍA, Centro de Arte y Tecnología, un auténtico laboratorio de ideas repleto de innovación y creatividad ubicado en la capital de Aragón.

Fachada de Etopia.

   Organizadas por la Fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento, en colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad, las Jornadas de Divulgación Innovadora D+I son, lejos de las etiquetas, para ver, escuchar, conocer; reflexionar sobre los nuevos formatos y sobre la renovación de los tradicionales. Y también para aportar e interactuar. En busca de inspiración y como estímulo para los divulgadores de la ciencia.

Pilar Perla, organizadora de las Jornadas de Divulgación Innovadora, procediendo a su inauguración. Foto: Jose Ignacio García
   
   El destino y la organización decidieron que un servidor se encargara de romper el hielo y realizar la primera intervención de las jornadas. ¡Menuda responsabilidad! Así pues, tras la presentación institucional, comenzó el primer diálogo de las Jornadas, VIVIR EXPERIENCIAS: DE LO PERSONAL A LO VIRTUAL, en el que se enmarcaba mi ponencia. Moderado por Ángela Monasor, compartí escenario con especialistas en realidad virtual, astroturismo y microorganismos marinos con los que uno podía bailar.  ¡Menudo elenco!

Con Roberto Romero. Foto: Jose Ignacio García.

   Mi ponencia consistió en la realización de un recorrido por algunas de las actividades de divulgación que vengo desarrollando en los últimos tiempos, y que engloban diversas áreas como la ilustración científica, la pintura de la naturaleza, la interpretación del patrimonio natural y arqueológico, la formación y el turismo vivencial. En concreto, hablé de los Safaris Artísticos en Tierra de Linces que realizo en Sierra Morena de Jaén, y de Pintando la Prehistoria, en los Yacimientos de Atapuerca y su entorno. Para rizar el rizo, presenté la botella del Primer Día de Cosecha de Picualia, que nace de la primera de las experiencias.


Con pinta de divulgador científico. Foto: Jose Ignacio García.

Otro momento de mi intervención en las Jornadas de Divulgación Innovadora. Foto: Jose Ignacio García.

   El formato dinámico de las Jornadas implicaba resumir a poco más de 10 minutos las intervenciones de los ponentes, así pues había que ser muy preciso en las descripciones de los proyectos para no pasar del tiempo establecido. A continuación, el vídeo (casi) íntegro de mi participación en las Jornadas D+I.



   Extraoficialmente, el hecho de intervenir el primero me permitió poder disfrutar íntegramente del resto de intervenciones de ambos días, sin presión y empapándome de las interesantísimas aportaciones de todos y cada uno de los participantes.  También de pasar horas y horas hablando con matemáticos, poetas, físicos, neurólogos, astrofísicos, ecólogos, periodistas, editores, pensadores y demás científicos y gente de esa calaña a quienes nos pone esto de la divulgación. Especialmente entre birra y birra, en ese evento paralelo que no puedo dejar de mencionar por lo bien que me lo pasé con todas aquellas magníficas personas con las que pude intercambiar impresiones después de una maratoniana jornada.




   Las Jornadas de Divulgación Innovadora, más que unas jornadas al uso, son unos auténticos Ecosistemas de Divulgación Innovadora en los que, por citar sólo unos ejemplos, uno puede visitar una geoda gigante a través de la realidad virtual, recorrer el mundo con ojos de un neurofisiólogo enamorado de la geología, adentrarse en el colisionador de hadrones para descubrir el Bosón de Higgs a través de la música contemporánea y la danza butoh,  llorar de la risa viendo batirse en duelo a un físico y un matemático, o debatir sobre si tenemos que ponernos (o no) las batas para ejercer nuestro trabajo.

¡YO HE VENIDO A HABLAR DE MI BATA! ;-)

En definitiva, me han parecido unas jornadas espectaculares, que aún no he empezado siquiera a digerir, y de las que espero en los próximos meses poder extraer todo el jugo que pueda. Y no quiero dejar de agradecer a las artífices de las Jornadas, Pilar Perla y Carmen Serrano, que hayan contado conmigo para transmitir mis experiencias de divulgación basadas en algo tan retroinnovador como retomar los lápices y el contacto con la naturaleza, en estos tiempos en los que andamos todos zombies con los móviles, y en los que a los niños les cuesta entender que la leche sale de las tetas de una vaca.

A los que no pudieron asistir, os recomiendo el magnífico resumen fotográfico de Jose Ignacio García, del que he extraído algunas de las fotos de este post. A los que estuvísteis por allí, ¡espero que os haya gustado el resúmen! Nos vemos en la próxima.



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